La imagen anexada más arriba ( Las Tres Gracias, obra del pintor barroco Rubens ) nos muestra tres figuras de mujer, las cuales siguen los ideales de belleza de la época ( S.XVII ).
Observamos como dichas mujeres son dotadas de caderas anchas, piernas gruesas, carnes flácidas, blancas y con celulitis... Es decir, todo lo contrario al modelo de belleza que impera en la actualidad en Occidente, concretrando, en España, el cual trata de apretar la figura hasta el punto de no tener un mínimo de grasa, vientre plano, piernas fuertes y esbeltas, cuerpos estirados y de gimnasio...
En nuestra contemporaneidad se busca una similitud andrógina, es decir, la mujer y el hombre cada vez se asemejan más en sus cuerpos, los cuales deben ser rectos, musculados, esbeltos, altos, sin curvas...
Una gran disparidad pasado cuatro siglos, que nos indica la importancia que tienen los cánones de belleza en el momento en el que se vive.
El problema se encuentra en las personas que no tienen cuerpos que sigan los estándares de la época.
Aquí se centra mi crítica.
La sociedad cada vez fija más su punto de vista en el físico, en la fachada de la persona, en cómo se viste, cuántos kilogramos le faltan o sobran, en lo que se puede convertir si acudiera a un gimnasio, etc. Y se olvida que lo realmente importante no se aprecia a simple vista, ni en la talla que viste.
Esta semana me crucé con cierto programa, Gym Tony, que prejuiciaba el cuerpo de una chica, mal llamado "entrada en carnes" o "rolliza", puesto que era de volúmenes mayores. Ella estaba flirteando con un chico, pero éste sólo opinaba que había engordado y que ya no le llamaba la atención ni le atraía. Tanto así que en su primera cita la lleva al gimnasio, donde se centra la trama del programa, para que pierda grasas y haga ejercicio. Ella se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo y por consiguiente se enfada.
Esta situación está más a la orden del día de lo que pensamos, personas que sólo buscan gratitud por tener una apariencia perfecta y no cuidan su interior, lo más valedor.
Pudiendo tener, además de problemas de autoestima, desórdenes alimenticios e incluso llegar a anorexia, bulimia, vigorexia, obesidad...
Desde mi humilde opinión, hago un llamamiento a todas esas personas ( tanto hombres como mujeres ) que se ven diferentes por no acomodarse a lo que la sociedad exige en cuanto a prototipo, que se despreocupen de la báscula y se esperancen por conseguir la felicidad y el bienestar pleno, rodeándose de personas que l@ quieran por lo que vale y por como es.
Educación y paz para todos, un saludo.
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